Una oda al permiso de disfrutar la vida, asi como se nos vaya presentando. Es la conciliación con el gozo femenino que se obtiene al jugar con los colores, tamaños, materiales y las formas. Recordar que la felicidad esta en permitirse hacer lo que uno quiera hacer, ponerse lo que uno quiera ponerse, alegrarse como uno quiera alegrarse. “Solo queda lo que uno quiera hacer” es la exploración de representar la ternura, lo genuino e inocente que habita en todxs.