Déjame caer en cascada desde mi punto más alto une ingeniosamente la elegancia estructurada de la arquitectura, la intencionalidad y movimiento de la coreografía, y el poder vibrante y desafiante de las expresiones drag. Al hacerlo, esta exposición transformadora ofrece nociones alternativas de belleza, marcadas por una perspectiva de género e identidad radical y generativa. Esta exposición invita a los espectadores a participar en un diálogo visual que trasciende los límites estáticos, convirtiéndose ellos mismos en participantes en la evolución perpetua de estos conceptos. El conjunto de piezas de la exposición de Firoozi es a su vez visualmente impactante y provocador. Se crea una fusión entre escenario y escultura, para dar lugar a una sinfonía visual que nos invita a cambiar nuestra forma de mirar, en dónde cada mirada revela una nueva capa de significado.